La floreciente industria espacial está adoptando cada vez más la inteligencia artificial (IA), utilizando tecnologías que van desde los modelos de lenguaje extenso hasta las redes neuronales para resolver desafíos complejos. Orbital Sidekick, por ejemplo, emplea un bot ChatGPT para monitorear flujos de datos, como explicó el COO y cofundador Tushar Prabhakar en el SmallSat Symposium: “una de las cosas más difíciles para nosotros era realizar un seguimiento de dónde y cuándo llegaban los conjuntos de datos para los clientes…Podemos hacerle preguntas [al bot] y nos alerta cuando hay un conjunto de datos”. Las aplicaciones futuras incluyen el aprovechamiento de estos modelos para el análisis de datos históricos para identificar eventos anteriores como fugas en oleoductos.

Orbital Sidekick también está utilizando redes neuronales para abordar el problema de las falsas alarmas en los datos geoespaciales. Prabhakar señaló: “No mucha gente habla de falsas alarmas en el mundo geoespacial…Cuando se detecta metano o hidrocarburos líquidos, están por todas partes”. Esto destaca las aplicaciones prácticas, a menudo “poco glamorosas”, de la IA, como enfatizó Alan Campbell, arquitecto principal de soluciones espaciales de AWS: “Resumir documentos, mejorar la eficiencia del código, estos son grandes usos de los modelos de lenguaje extenso”.

Si bien la IA no reemplazará a los trabajadores humanos, como señala Tony Gingiss, CEO de Millennium Space, puede mejorar significativamente la eficiencia. Observa: “Mucha gente lucha por controlar los cientos de correos electrónicos que recibe diariamente…¿Podemos averiguar cómo procesar esos datos y superar el ruido para llegar a lo importante? Eso será algo transformador”.

Están surgiendo aplicaciones innovadoras de IA en varios sectores. Iceye, una empresa con sede en Finlandia, utiliza IA generativa para emparejar imágenes satelitales con datos de redes sociales para evaluar los niveles de inundación, creando “informes situacionales de primera pasada para las autoridades locales”, según Campbell. De manera similar, Degas Ltd., una empresa con sede en Tokio, desarrolló un chatbot que proporciona asesoramiento agrícola específico a los agricultores en Ghana basado en datos geoespaciales.

Sin embargo, se debe tener precaución. Lucy Hoag, fundadora y CEO de Violet Labs, compartió una experiencia reciente en la que una función de recursión sugerida por Microsoft Copilot, si bien inicialmente eficiente, causó problemas de rendimiento significativos a escala: “Si se supera esa escala, se vuelve realmente terrible…Es una espada de doble filo”.