La Unión Europea ha lanzado una iniciativa significativa con su nueva Ley Espacial, una legislación largamente esperada diseñada para regular las operaciones de satélites y lanzamientos dentro de sus estados miembros. Esta propuesta integral, publicada el 25 de junio, tiene como objetivo crear un marco legal unificado para los 27 estados miembros, muchos de los cuales actualmente carecen de leyes espaciales nacionales o tienen regulaciones significativamente diferentes.
Andrius Kubilius, comisario de la UE para la defensa y el espacio, destacó la urgencia de esta legislación, afirmando en un discurso: “Aborda los problemas más importantes y los peligros crecientes que pueden poner en peligro nuestro futuro en el espacio, a saber, que el espacio está cada vez más congestionado y disputado”. La ley aborda preocupaciones clave como la evitación de colisiones, la remediación de desechos y la ciberseguridad. La falta de uniformidad en la UE fue un factor principal para esta iniciativa, y Kubilius señaló que solo 12 de los 27 estados miembros poseen actualmente leyes espaciales nacionales, creando un panorama regulatorio fragmentado e ineficiente. "Esta fragmentación es mala para los negocios, mala para la competitividad, mala para nuestro futuro en el espacio”, enfatizó.
El esfuerzo de armonización es sustancial, como lo ilustra la experiencia de Alemania, que ha estado intentando crear una ley espacial nacional durante 25 años. Ingo Baumann, socio fundador de BHO Legal, atribuyó los fracasos pasados a la “politización”, con algunas figuras políticas argumentando que era preferible no tener ninguna ley a una ley onerosa. “A ese nivel, Alemania probablemente nunca tendrá una ley”, comentó.
Según la nueva ley de la UE, los estados miembros serán responsables de emitir autorizaciones para las actividades espaciales, y estas autorizaciones tendrán validez en toda la UE. Kubilius tranquilizó a las partes interesadas, declarando: “No habrá nueva burocracia, ni capa adicional de burocracia”. El alcance de la ley se extiende más allá de las entidades europeas, abarcando a empresas no europeas que ofrecen servicios dentro de la UE. Rodolphe Muñoz, líder del equipo para la conciencia situacional espacial y la gestión del tráfico espacial en la Comisión Europea, aclaró: “Si se dirige a la UE con sus servicios, estará sujeto a la Ley Espacial”. Sin embargo, la ley permite “equivalentes de reconocimiento mutuo” con terceros países que posean marcos regulatorios comparables.
Si bien la ley aborda ampliamente la sostenibilidad espacial, aplaza los requisitos específicos, como los plazos de desorbitación, a futuros actos de aplicación. Kubilius indicó un plazo de desorbitación de 25 años después de la misión, reducido a un año para las naves espaciales de órbita terrestre muy baja (VLEO). Muñoz explicó este enfoque: “Esto es algo que nunca estableceríamos directamente en la ley… Evolucionará, es posible que deba cambiarse, necesita tener algunos matices que no se pueden tener en la ley básica”.
Este enfoque podría crear conflictos con las leyes nacionales existentes. Francia, por ejemplo, revisó recientemente su ley espacial, implementando un enfoque más matizado de la desorbitación que el estándar propuesto por la UE. Bernard Chemoul, inspector general del CNES, destacó una diferencia clave, afirmando: “A veces teníamos satélites con una misión de uno o dos años, pero permanecían en el espacio durante 25 años, y creemos que es demasiado”. A pesar de estos posibles conflictos, Muñoz confirmó que los estados miembros deben cumplir con la ley de la UE, aunque existe margen para regulaciones nacionales más estrictas.
La ley también introduce un “Marco de Etiquetado Espacial de la Unión”, similar a la Calificación de sostenibilidad espacial del Foro Económico Mundial, para incentivar las prácticas espaciales responsables. A pesar de su alcance ambicioso, Muñoz advirtió que la aprobación de la ley es solo “el comienzo del juego”, con un largo proceso de debate, enmienda e implementación previsto.