La Asociación de Radiodifusores LPTV (LPTV Broadcasters Association) se opone vehementemente a la petición de la Asociación Nacional de Radiodifusores (NAB) para una transición obligatoria a ATSC 3.0. En una presentación reciente ante la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la asociación argumenta que la propuesta de la NAB establecería un monopolio respaldado por el gobierno, poniendo en peligro el acceso gratuito a la televisión terrestre para millones.
La asociación sostiene que el mandato del estándar NextGen TV permitiría a un grupo selecto de propietarios de patentes exigir tarifas de licencia exorbitantes sin la supervisión adecuada. Esto, argumentan, constituye "el capitalismo de compinches en su peor momento", según Frank Copsidas, presidente y fundador de la Asociación de Radiodifusores LPTV. La presentación destaca que, a diferencia de los estándares de transmisión anteriores, la estructura de ATSC 3.0 se basa en una compleja red de patentes controladas por unas pocas compañías poderosas, incluidas LG Electronics, Samsung y el Korea Electronics Technology Institute, lo que lleva a regalías que potencialmente alcanzan los $6.75 por unidad de TV.
La decisión de la FCC de no exigir licencias "razonables y no discriminatorias" para las patentes ATSC 3.0 es una preocupación clave, causando una inestabilidad significativa en el mercado. La presentación cita la suspensión en 2023 por parte de LG de la producción de televisores compatibles con ATSC 3.0 después de perder una demanda de patentes como consecuencia directa de esta decisión. La asociación advierte que las tarifas de certificación obligatorias podrían obligar a numerosas estaciones de baja potencia a salir del aire, afectando significativamente la televisión terrestre gratuita para los espectadores.
Estableciendo paralelismos con el caso antimonopolio del Departamento de Justicia contra Google, la presentación argumenta que una transición obligatoria a ATSC 3.0 reflejaría las tácticas de Google, limitando la competencia y obligando a los consumidores a un sistema dictado por los titulares de patentes. La asociación LPTV apoya una transición voluntaria, permitiendo que las fuerzas del mercado determinen el éxito de ATSC 3.0, en lugar de los mandatos gubernamentales.
La presentación enfatiza que el mandato propuesto de ATSC 3.0 carece de los beneficios públicos observados en la transición de televisión digital de 2009, que liberó espectro para la banda ancha inalámbrica e incluyó subsidios al consumidor. La asociación LPTV no está sola en su oposición; varios grupos de la industria, incluida la Consumer Technology Association y NCTA, comparten preocupaciones similares, instando a la FCC a rechazar el plan de transición obligatoria. El excomisionado de la FCC, Michael O’Rielly, también criticó la propuesta, destacando la falta de beneficios claros para el consumidor.
“ATSC 3.0 no es un estándar libre y abierto; está construido sobre una red de patentes controladas por un puñado de compañías a través de grupos de patentes”, afirma la presentación. "La innovación prospera en entornos competitivos, no bajo un mandato gubernamental que apoya los monopolios privados", enfatiza además. La asociación cree firmemente que si ATSC 3.0 es realmente beneficioso, sus méritos se demostrarán en el mercado sin obligar a los consumidores a asumir la carga de las regalías de las patentes.