El presupuesto propuesto por la Casa Blanca para la NASA, una reducción de casi el 25%, ha provocado una condena generalizada. La asignación de $18.800 millones para el año fiscal 2026 representa una disminución significativa de $6000 millones con respecto a la cifra de 2025. Este drástico recorte propone la cancelación de varios programas fundamentales, incluyendo el Gateway lunar y la terminación de los programas del Sistema de Lanzamiento Espacial y Orión después de Artemis 3.

El presupuesto propuesto también incluye la reducción del uso de la Estación Espacial Internacional y recortes significativos en la financiación de la tecnología espacial. Esto ha provocado fuertes reacciones de miembros del Congreso y de la industria. La representante Grace Meng (D-N.Y.) describió los recortes como "impactantes, los mayores en la historia de Estados Unidos", destacando el daño potencial a la investigación y la educación. El senador Chris Van Hollen (D-Md.) expresó su preocupación de que el presupuesto favorezca a SpaceX, afirmando: “Nunca habríamos llegado a la luna o estaríamos hablando de Marte sin la misión científica de la NASA, y no debemos permitir que Trump/Musk pongan en peligro el liderazgo futuro de Estados Unidos”. El representante George Whitesides (D-Calif.) calificó la propuesta de "completamente irresponsable".

Los grupos de la industria, incluyendo la Coalición para la Exploración del Espacio Profundo y la Federación Espacial Comercial (CSF), han expresado sus preocupaciones. Si bien la CSF reconoció los posibles beneficios de una transición a asociaciones comerciales, criticó las reducciones en la ciencia espacial y terrestre, junto con los impactos en la utilización comercial de la ISS. La Planetary Society también criticó la propuesta, enfatizando que esos recortes drásticos "causarían caos, desperdiciarían la inversión de los contribuyentes y socavarían el liderazgo estadounidense en el espacio".

Las repercusiones internacionales son significativas. La Agencia Espacial Europea (ESA), un socio clave en numerosos proyectos de la NASA, está evaluando el impacto en sus programas. El Director General de la ESA, Josef Aschbacher, confirmó que la agencia está discutiendo posibles escenarios alternativos. La Agencia Espacial Canadiense también está revisando las implicaciones, con el objetivo de mantener el impulso de su programa espacial.