Nayuta Space, una empresa china de lanzamiento comercial, ha asegurado decenas de millones de yuanes en financiación previa a la ronda A. Esta inversión, exclusivamente de Quanxin Investment, se utilizará para desarrollar aún más su serie de cohetes de acero inoxidable Black Bird. El Black Bird-1, que utiliza nueve motores Canglong-1, apunta a la reutilizabilidad de ambas etapas.

A diferencia del Falcon 9, la primera etapa del Black Bird utilizará recuperación aerodinámica en lugar de una quema de reentrada, ahorrando combustible. La empresa planea un sistema de aterrizaje único de "agarre de águila", similar a una captura con palillos, eliminando la necesidad de patas de aterrizaje y ahorrando masa. Nayuta Space afirma ser la primera empresa comercial china en desarrollar tecnología de recuperación aerodinámica.

La empresa apunta a un lanzamiento de cohete suborbital reutilizable en 2025 y un vuelo orbital del Black Bird-1 en 2026. Diapositivas de 2023 indican una capacidad de transportar 10 toneladas a la órbita terrestre baja cuando se reutiliza. El CEO Li Rui destacó la necesidad de aumentar la capacidad de lanzamiento de China para megaconstelaciones como Guowang y Thousand Sails, que actualmente dependen de los cohetes Long March desechables. Nayuta Space pretende proporcionar una solución reutilizable más rentable y rápida.

Nayuta Space y Cosmoleap representan una nueva ola de empresas de lanzamiento chinas, adoptando las tendencias globales en tecnología de cohetes reutilizables. Esto contrasta con las empresas anteriores que se centraban en cohetes más pequeños de propulsor sólido. El compromiso de China con las megaconstelaciones exige avances en vehículos de lanzamiento reutilizables, y empresas como Nayuta Space están a la vanguardia de este desarrollo. La Academia de Tecnología de Vuelos Espaciales de Shanghai (SAST) también realizó pruebas de alta altitud para el Long March 12A, demostrando la búsqueda activa del país de capacidades de lanzamiento reutilizables.