Un nuevo informe de Enders Analysis expone el creciente problema del robo industrial de transmisiones deportivas en vivo, lo que representa una seria amenaza para la viabilidad financiera de las emisoras y los servicios de streaming. El informe, titulado ‘Video piracy: Big tech is clearly unwilling to address the problem’, destaca la preocupante disminución de la efectividad de los sistemas de gestión de derechos digitales (DRM) proporcionados por Microsoft y Google durante las últimas dos décadas.
“Las grandes tecnológicas son a la vez amigas y enemigas en la solución del problema de la piratería. Los incentivos contradictorios perjudican la seguridad del consumidor al facilitar el descubrimiento de servicios piratas ilegales y reducir la fricción mediante hardware de bajo costo como el Amazon Firestick”, dice Enders. Los datos de 2025, citados por Enders de Sky en el Financial Times, revelan que un asombroso 59% de los individuos del Reino Unido que admitieron haber accedido a transmisiones piratas en el último año a través de un dispositivo físico lo hicieron usando un dispositivo Amazon Fire.
El informe critica además a las grandes tecnológicas por su "combinación de ambivalencia e inercia" al abordar el problema de forma proactiva con los propietarios de contenido para fortalecer las medidas de seguridad, mientras que simultáneamente guían a los consumidores hacia servicios ilegales a través de otros aspectos de sus negocios. Una reciente disputa legal entre Cloudflare y LaLiga, relacionada con medidas de bloqueo de IP que afectaron a millones de usuarios que accedían a sitios no relacionados, subraya esta preocupación.
La investigación de Enders Analysis indica que las transmisiones ilegales representan un “porcentaje de dos dígitos” de las transmisiones de TV premium. Los líderes del sector en Sky y DAZN han expresado una seria preocupación, afirmando que el rápido aumento de las tasas de piratería está poniendo en peligro su capacidad para asegurar los derechos de eventos de alto perfil como el fútbol de la Premier League. Esta situación plantea un desafío significativo para el futuro de las transmisiones deportivas premium.