Japón y Polonia han recibido acceso a la red de satélites Wideband Global Satcom (WGS) del ejército de los Estados Unidos, lo que marca una expansión significativa del sistema que actualmente apoya a los Estados Unidos y a varias naciones asociadas.
Los funcionarios declararon que la inclusión de estos nuevos socios subraya la creciente importancia de las comunicaciones basadas en el espacio para la coordinación y respuesta militar, ya que las tensiones globales se extienden cada vez más al dominio espacial.
Los satélites WGS, desarrollados por Boeing y operados por la Fuerza Espacial de los EE. UU., brindan servicios de comunicación de alta capacidad para operaciones militares. Con 10 satélites en órbita geoestacionaria terrestre, WGS ha servido como la columna vertebral de las comunicaciones militares de los EE. UU.
El primer satélite WGS-1 se lanzó en 2001. Las últimas incorporaciones, WGS-11 y WGS-12, programadas para su lanzamiento en 2025 y 2027, respectivamente, actuarán como el punto de acceso principal para Japón y Polonia en virtud de sus recientes acuerdos.
El teniente coronel Nicholas Yeung, de la Oficina de Asuntos Internacionales del Comando de Sistemas Espaciales, destacó la importancia general de los acuerdos en la reciente conferencia Space Industry Days en Los Ángeles. "Los programas espaciales internacionales son esenciales para la cooperación en materia de seguridad", comentó. Las alianzas son fundamentales ya que Estados Unidos y sus aliados se enfrentan a nuevas amenazas de tecnologías anti-satélite que están desarrollando Rusia y China, dijo Yeung.
Japón y Polonia se unen a una coalición WGS que incluye a Australia, Canadá, Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega y República Checa, junto con otros países de la OTAN que utilizan el sistema WGS según sea necesario.
De manera significativa, WGS permite a las naciones participantes compartir los costos de desarrollo y mantenimiento de los satélites, lo que alivia la carga financiera para los Estados Unidos. Por ejemplo, Australia financió el satélite WGS-6, mientras que un consorcio de otros aliados contribuyó a WGS-9 y ayudó a financiar el lanzamiento de WGS-11.
En los últimos años, el programa ha sido objeto de escrutinio por parte del Congreso. En 2023, el Departamento de la Fuerza Aérea fue mandatado por el Congreso para validar que el próximo satélite WGS-12 cumpliría con los requisitos militares que no podían ser satisfechos por alternativas comerciales. La revisión finalmente confirmó que, si bien los servicios de comunicación por satélite comerciales desempeñan un papel vital en las operaciones militares, ciertos requisitos de seguridad requieren sistemas gubernamentales construidos específicamente como WGS.
Deanna Ryals, directora de la Oficina de Asuntos Internacionales del Comando de Sistemas Espaciales, describió un aumento del interés de los aliados de Estados Unidos interesados en perseguir empresas espaciales conjuntas.
"Más naciones han comenzado a priorizar el espacio como una necesidad nacional en la que quieren invertir", dijo en una reciente sesión informativa para los medios.
Este interés se alinea con el enfoque cada vez mayor de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el espacio, impulsado por el cambiante entorno de seguridad tras la invasión de Ucrania.
En respuesta, la OTAN ha iniciado dos programas, Northlink y Starlift, destinados a reforzar las capacidades de lanzamiento y satélite de la alianza. Ryals dijo que Estados Unidos ha firmado cartas de intención para explorar la participación en estos programas. Dijo que la participación de Estados Unidos dependerá de las discusiones sobre la mejor manera de contribuir.
Starlift busca garantizar que los miembros de la OTAN con capacidades de lanzamiento de satélites puedan apoyar a sus aliados durante crisis o conflictos, facilitando respuestas colectivas a las amenazas a la seguridad. Northlink, por otro lado, se centra en la construcción de una red de comunicaciones multinacional específicamente para la región ártica, donde la OTAN tiene como objetivo contrarrestar la actividad militar rusa.
Estas iniciativas representan un paso para prepararse para las necesidades futuras, dijo Ryals. Agregó que los marcos legales y los requisitos logísticos se están revisando cuidadosamente para apoyar las operaciones conjuntas y las misiones espaciales multinacionales.