KBR ha recibido un importante contrato de 176 millones de dólares para mantener y modernizar el emplazamiento óptico y de supercomputación de la Fuerza Aérea en Maui (AMOS). Esta instalación de gran altitud es un componente clave de la red de vigilancia espacial de los militares estadounidenses. El contrato, anunciado el 20 de febrero, es el resultado de un proceso de adquisición competitivo gestionado por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL).
Este acuerdo de siete años abarca las operaciones, el mantenimiento de equipos y las actualizaciones vitales de los sensores espaciales existentes. Según el AFRL, se presentaron dos ofertas para el contrato. Situado a una altitud de 10.000 pies en la isla de Maui, AMOS tiene una larga historia en el seguimiento espacial militar, que se remonta a la Guerra Fría. Originalmente establecido en la década de 1950 para monitorizar las pruebas de misiles, se ha convertido en una piedra angular de la infraestructura de vigilancia espacial del Pentágono.
Actualmente, AMOS alberga sofisticados telescopios utilizados para monitorizar satélites, desechos espaciales y posibles amenazas adversarias en órbita. Está operado conjuntamente por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y el 15º Escuadrón de Vigilancia Espacial de la Fuerza Espacial de EE. UU. AMOS forma parte del sistema de vigilancia espacial profunda electro-óptica terrestre (GEODSS), una red que proporciona datos cruciales sobre objetos del espacio profundo. KBR, un contratista con sede en Houston con unos ingresos anuales de aproximadamente 7.000 millones de dólares, fortaleció su presencia en el sector espacial con su adquisición de Centauri en 2020, un acuerdo de 800 millones de dólares que añadió experiencia en sensores espaciales y seguimiento de satélites.