NASA ha anunciado un retraso en el lanzamiento de tres misiones centradas en el estudio del sol. El lanzamiento, originalmente planeado para la primavera de 2025, ahora se pospone hasta septiembre de 2025 como mínimo. Esto afecta a la Interstellar Mapping and Acceleration Probe (IMAP), y a dos misiones adicionales que viajan como cargas compartidas.

La agencia citó la necesidad de “tiempo adicional para la preparación de los sistemas de vuelo del IMAP antes del lanzamiento” como la razón del retraso. Una vista previa anterior del Centro Espacial Kennedy de la NASA había mencionado vagamente un lanzamiento a finales de 2025 para el IMAP. La misión IMAP, que operará desde el punto de Lagrange L-1 Tierra-sol, tiene como objetivo estudiar la heliosfera y el viento solar, ofreciendo información sobre el clima espacial y su impacto.

IMAP es una misión que tiene dos partes”, explicó Joe Westlake, director de la división de heliofísica de la NASA. “La misión explorará la heliosfera y el vecindario solar local, pero también tiene un papel de ‘salvaguardar a la humanidad’ mediante el monitoreo del clima espacial”. Esta declaración se hizo antes del anuncio del retraso.

El retraso afecta a dos misiones adicionales: el Carruthers Geocorona Observatory (anteriormente GLIDE), que estudiará la exosfera de la Tierra; y Space Weather Follow-On (SWFO) L-1, una misión de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica para el pronóstico operativo del clima espacial. Ambas están configuradas para utilizar la misma oportunidad de lanzamiento.

“Con esta misión, estamos aprovechando la capacidad de compartir lanzamientos”, señaló anteriormente Westlake, destacando la estrategia para maximizar los esfuerzos científicos a través de oportunidades de lanzamiento compartidas. El plan de lanzamiento original incluía otras cargas útiles, pero la misión Solar Cruiser se canceló debido a problemas técnicos, y Lunar Trailblazer se trasladó a un lanzamiento diferente.

El lanzamiento del IMAP, contratado a SpaceX en 2020, ha sufrido múltiples retrasos. Un aplazamiento anterior en noviembre de 2023 cambió el lanzamiento de febrero a abril o mayo de 2025 para permitir abordar las complejidades técnicas. El retraso actual subraya aún más los desafíos inherentes a las misiones espaciales complejas.