WASHINGTON — NASA ha extendido tres contratos con empresas para continuar proporcionando transporte de carga hacia y desde la Estación Espacial Internacional hasta el final previsto de la vida útil de la estación en 2030.

En los archivos de adquisiciones del 8 de noviembre, NASA declaró que planeaba extender los contratos existentes de Servicios Comerciales de Reabastecimiento (CRS) 2 con Northrop Grumman, Sierra Space y SpaceX que estaban programados para expirar a fines de 2026 hasta finales de 2030. Los planes actuales de NASA prevén retirar la ISS en 2030.

Las tres empresas recibieron contratos CRS-2 en 2016, y NASA anunció en marzo de 2023 su intención de extender los contratos. “No hay otros vehículos visitantes certificados CRS-2 en el mercado actual para proporcionar reabastecimiento de carga a la ISS”, declaró NASA en un documento que justifica la extensión de los tres contratos. “La extensión de los contratos existentes es el medio más eficaz para garantizar la provisión continua de estos servicios durante la duración extendida de la ISS”.

NASA sí solicitó, como parte del anuncio de marzo de 2023, información de empresas que creían que podían llevar a cabo el transporte de carga a la estación. La agencia dijo que recibió tres respuestas, pero concluyó que ninguna de las empresas podía cumplir con sus requisitos.

Una respuesta provino de Gravitics, una empresa que desarrolla módulos para futuras estaciones espaciales comerciales, incluida una llamada StarMax. “La respuesta no proporciona una descripción de un servicio de carga de extremo a extremo capaz de llegar, acoplarse y partir de la ISS, pero sugiere que un vehículo de lanzamiento de próxima generación podría llevarlo a la órbita terrestre baja”, afirma el documento de NASA sobre StarMax. Otros detalles sobre su concepto están tachados en el documento público.

Una segunda respuesta provino de The Exploration Company, una empresa emergente europea que desarrolla naves espaciales de retorno de carga. NASA señaló que la empresa no califica como un “proveedor comercial de los Estados Unidos” según la ley federal. “La empresa de 20 meses de antigüedad con sede en Múnich, Alemania, no cumple con esta ni con las otras restricciones del contrato CRS-2 con respecto a ciertas compras extranjeras y control de exportaciones”, declaró NASA. Otros detalles sobre su propuesta están tachados.

Una tercera respuesta provino de GEPA Logistics, que NASA describió como una empresa británica que se encarga del transporte de carga terrestre, marítima y aérea, pero que no parece tener experiencia en transporte espacial. “La declaración de capacidades de GEPA Logistics carecía de cualquier descripción de una capacidad de vuelo espacial que proporcionara servicios de carga de extremo a extremo con capacidad de órbita terrestre baja a la ISS”, declaró NASA.

Si bien se rechazaron las tres empresas, una de ellas aún podría llegar a la ISS por otros medios. La Agencia Espacial Europea seleccionó a The Exploration Company, junto con Thales Alenia Space, para contratos de estudio en mayo para el propio programa comercial de carga de esa agencia. El objetivo de ese esfuerzo es que al menos una empresa realice una misión de demostración a la ISS para 2028.

Los contratos CRS-2 tienen un valor combinado que no excede los $14 mil millones, y NASA declaró en su justificación que extender los contratos a 2030 no hará que alcancen ese límite, aunque se tachó el financiamiento gastado hasta la fecha en ellos. Según las bases de datos federales de adquisiciones, NASA ha obligado $2.7 mil millones a Northrop Grumman, $1.4 mil millones a Sierra Space y $2.8 mil millones a SpaceX hasta la fecha, para un total de $6.9 mil millones.