La Free State Foundation ha publicado un documento de política instando a la Federal Communications Commission (FCC) a resistir los mandatos para la adopción de NextGen TV (ATSC 3.0). Elaborado por el ex comisionado de la FCC, Michael O’Rielly, el documento argumenta que un cambio obligatorio impondría costos significativos a las emisoras, fabricantes y consumidores sin beneficios públicos demostrables.

O’Rielly sostiene que una transición ordenada por el gobierno haría obsoleto el sistema actual ATSC 1.0, haciendo necesarios sintonizadores NextGen en todos los televisores nuevos vendidos en los EE. UU. y obligando a los espectadores que reciben señal terrestre a comprar equipos nuevos. Señala que algunas emisoras se oponen a la transición y se verían obligadas a actualizar su infraestructura bajo un mandato. Además, los distribuidores de cable y satélite enfrentarían costos sustanciales, requiriendo ya sea equipos para convertir las señales o reemplazos completos de dispositivos para sus clientes. “Todos deberían saber quién pagaría en última instancia la cuenta de todos estos mandatos adicionales: los consumidores estadounidenses”, escribió O’Rielly.

El documento también cuestiona los beneficios prácticos de la tecnología. Si bien reconoce la mejora de la calidad de audio y video, O’Rielly señala que muchas oportunidades comerciales anticipadas relacionadas con ATSC 3.0, como los servicios de datos, sirven principalmente a intereses privados en lugar de públicos. El documento contrasta los mandatos propuestos con el enfoque desregulador de la administración Trump, que según O’Rielly favoreció menos restricciones a las emisoras. Concluye que la FCC debería dejar que las fuerzas del mercado determinen el éxito de ATSC 3.0 en lugar de intervenir para apoyar la transición. O’Rielly es miembro principal adjunto de la Free State Foundation, un grupo de expertos no partidista.