El Pentágono está ampliando su búsqueda de soluciones para construir su ambicioso sistema de defensa antimisiles “Golden Dome”, buscando más allá de su red habitual de contratistas de defensa. Un componente clave, el desarrollo de interceptores espaciales, requiere un pensamiento innovador, y la Missile Defense Agency (MDA) y la U.S. Space Force están organizando una conferencia para involucrar a empresas comerciales. “Se alienta encarecidamente a los contratistas de defensa no tradicionales a asistir, ya que la MDA está extremadamente interesada en capacidades y enfoques innovadores y disruptivos que apoyarán el programa SBI”, según un aviso reciente.

La conferencia, programada del 20 de abril al 2 de mayo en Huntsville, Alabama, se centrará en conceptos de interceptación espacial, particularmente en los métodos para la interceptación en la fase de impulso. “La MDA está interesada en conceptos capaces de interceptar en la fase de impulso”, explicó la notificación. Esta etapa temprana del vuelo de un misil ofrece una ventana de vulnerabilidad debido a velocidades más lentas y trayectorias predecibles. La MDA también busca ideas para intercepciones en etapas posteriores, incluyendo post-impulso, mitad de curso temprana y mitad de curso, utilizando tecnologías cinéticas y no cinéticas.

El concepto Golden Dome recuerda a la Iniciativa de Defensa Estratégica (“Star Wars”) de la administración Reagan, previamente obstaculizada por limitaciones tecnológicas y altos costos. Los avances recientes han reavivado el interés, pero el proyecto enfrenta desafíos para proteger a todo Estados Unidos de misiles balísticos e hipersónicos avanzados. El proyecto sigue siendo conceptual, con importantes obstáculos tecnológicos y organizativos. La iniciativa de contactar a contratistas no tradicionales subraya la necesidad de soluciones novedosas para hacer que el sistema sea tecnológicamente y económicamente viable.

Un sistema Golden Dome exitoso aumentaría drásticamente las capacidades actuales de defensa antimisiles de EE. UU., que dependen en gran medida de interceptores terrestres y marítimos. Agregar una capa espacial ofrecería un alcance global y tiempos de respuesta más rápidos, pero requeriría una constelación de satélites especializados y un sistema de comando y control robusto.