La adquisición planificada por Rocket Lab de Mynaric, un proveedor alemán de comunicaciones ópticas, es una medida fundamental en su estrategia general. La adquisición, discutida en una llamada de resultados del 8 de mayo, está progresando bien, con un cierre previsto para finales de este año. El coste inicial es de 75 millones de dólares, con la posibilidad de un adicional de 75 millones de dólares en función de los objetivos de ingresos.
El acuerdo depende de la finalización del proceso de reestructuración de Mynaric bajo la ley alemana. El CFO de Rocket Lab, Adam Spice, reconoció los procesos regulatorios, incluida la navegación de un proceso de bancarrota, antes de que la adquisición pueda finalizar. Si bien el plazo sigue siendo incierto, Spice señaló que todo parece estar progresando según lo planeado.
Las dificultades financieras de Mynaric, derivadas de problemas de producción de terminales láser, son consideradas por Rocket Lab como una oportunidad. El CEO Peter Beck destacó las fortalezas de producción de Rocket Lab, afirmando: “El mayor problema es simplemente la producción, y esa es un área en la que somos muy, muy fuertes”. La adquisición proporciona a Rocket Lab su primera presencia europea, abriendo puertas a agencias gubernamentales europeas.
Rocket Lab tiene la intención de continuar ofreciendo terminales Mynaric a otras empresas, reflejando su enfoque en otras tecnologías adquiridas. Sin embargo, la tecnología también es crucial para los esfuerzos de integración vertical de Rocket Lab, asegurando un “suministro fiable y escalable de componentes para nuestras propias aspiraciones”, como explicó Beck. Esto es particularmente vital para grandes constelaciones, que requieren una comunicación intersatélite de alta velocidad y segura.
La empresa está buscando activamente varios contratos gubernamentales y comerciales para la construcción de constelaciones completas de satélites. Si bien Rocket Lab pretende convertirse en propietario y operador de una constelación, los detalles sobre su propia constelación siguen siendo escasos. Andrew Chanin de ProcureAM reconoce el potencial de Rocket Lab, pero señala el panorama competitivo, sugiriendo que esperar al lanzamiento del cohete Neutron y lograr la rentabilidad podría ser prudente antes de comprometerse con una inversión importante en una constelación. A pesar de esto, Chanin ve un nicho para Rocket Lab, que podría atraer a clientes reacios a trabajar con actores dominantes como SpaceX.
Spice mencionó tener "media docena de acuerdos en cartera" para una mayor integración vertical, y Beck no descartó la adquisición de un operador de satélites, afirmando: “Consideramos todo…muchas más oportunidades que mueven la aguja.”