La misión Transporter-13 de SpaceX, lanzada el 15 de marzo, desplegó con éxito docenas de pequeños satélites en órbita. Esta misión es significativa ya que incluyó varias cargas útiles financiadas por agencias militares y de inteligencia de EE. UU., destacando la creciente dependencia de la tecnología de pequeños satélites para las aplicaciones de defensa. Esta fue la decimotercera misión dedicada de SpaceX para compartir el lanzamiento de pequeños satélites, consolidando su papel como actor clave en el lanzamiento de cargas útiles comerciales y gubernamentales.

Entre las 74 cargas útiles se encontraba un demostrador tecnológico de la National Reconnaissance Office (NRO), que consta de dos CubeSats diseñados para investigación no especificada. Varias nuevas empresas comerciales, que reciben financiación militar, también contribuyeron con cargas útiles. Albedo lanzó Clarity-1, su primer satélite de órbita terrestre muy baja para imágenes de alta resolución, financiado en parte por un contrato STRATFI de la Fuerza Aérea de EE. UU. MuonSpace lanzó FireSat Protoflight, un prototipo de satélite de monitoreo de incendios forestales, respaldado por un contrato de SpaceWERX centrado en aplicaciones militares.

Turion Space desplegó Droid.002 para la conciencia situacional espacial y el monitoreo de desechos, cuyo desarrollo fue financiado en parte por un contrato de SpaceWERX centrado en el acoplamiento y la maniobra autónomos de naves espaciales. Varda Space Industries lanzó W-3, una cápsula de reentrada para la fabricación espacial, que lleva una Unidad de Medida Inercial (IMU) desarrollada por la Fuerza Aérea de EE. UU. para realizar pruebas a velocidades hipersónicas durante la reentrada en el Campo de Pruebas de Koonibba en Australia del Sur. Estas diversas cargas útiles muestran las capacidades en evolución de la tecnología de pequeños satélites y su integración en varios sectores de defensa y comerciales.