La Fuerza Espacial de EE. UU. se enfrenta a un desafío crítico de financiación. El Jefe de Operaciones Espaciales, Gen. Chance Saltzman, advirtió recientemente a los legisladores que el servicio necesita una financiación significativamente mayor para gestionar su conjunto de misiones en expansión, especialmente dadas las actuales restricciones presupuestarias que enfrenta el Pentágono.

Al testificar ante el subcomité de defensa de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Saltzman describió una tendencia preocupante de presupuestos planos junto con responsabilidades cada vez más exigentes. “Se nos pide que aceptemos nuevas responsabilidades y misiones, lo que nos obliga a tomar decisiones difíciles entre la preparación retrasada, la reducción de la capacidad o las vulnerabilidades no abordadas”, declaró.

Esta súplica se produce después de que la Casa Blanca publicara su esquema presupuestario preliminar para el año fiscal 2026, que propone mantener el gasto total de defensa en 892.600 millones de dólares, igual que en el año fiscal 2025. Si bien se sugiere un aumento adicional de 113.300 millones de dólares, depende de que el Congreso apruebe un proyecto de ley de reconciliación separado liderado por los republicanos, que potencialmente superaría el billón de dólares en gasto total de defensa.

La incertidumbre que rodea la solicitud presupuestaria del Pentágono para 2026 significa que los testigos, incluidos Saltzman, el secretario interino de la Fuerza Aérea, Gary Ashworth, y el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Gen. David Allvin, no pudieron comentar sobre los niveles de financiación específicos de los programas. Los asignadores de defensa expresaron su frustración, y el representante Ken Calvert criticó el uso de un proyecto de ley de reconciliación como mecanismo de financiación, afirmando que “no debería sustituir a las asignaciones regulares”. La representante Betty McCollum se hizo eco de estas preocupaciones, destacando cómo la asignación de fondos de defensa de esta manera “socava la autoridad y la jurisdicción de la comisión de asignaciones”.

La actual incertidumbre presupuestaria de la Fuerza Espacial sigue a un difícil ciclo presupuestario de 2025, recibiendo 28.700 millones de dólares, 800 millones de dólares menos de lo solicitado y 300 millones de dólares menos que su asignación de 2024. A pesar de esto, sus responsabilidades continúan expandiéndose, incluyendo el seguimiento de objetivos terrestres y aéreos, nuevas operaciones de control espacial y un aumento significativo en las operaciones de modelado, simulación y lanzamiento.

Saltzman detalló estas nuevas misiones: “En los últimos tres años, se le ha pedido a la Fuerza Espacial de EE. UU. que asuma nuevas misiones, como el indicador de objetivos móviles terrestres y aéreos, agregando nuevas capacidades de control espacial y asumiendo responsabilidades adicionales asociadas con el modelado y la simulación, el análisis del diseño de fuerzas y un aumento de tres veces en el ritmo de lanzamiento en nuestros puertos espaciales nacionales y nuevos requisitos de capacitación avanzada.”

Una nueva responsabilidad clave es el sistema de defensa antimisiles de próxima generación Golden Dome, que depende en gran medida de sensores, interceptores y capacidades de comunicación basados en el espacio. “Estos representan requisitos nuevos y emergentes para misiones que nunca han sido realizadas por una organización espacial militar”, explicó Saltzman. “Estas nuevas áreas de misión requerirán recursos nuevos y estables con el tiempo.”

Saltzman priorizó tres áreas clave de financiación: acelerar el despliegue de una constelación de satélites proliferada en órbita terrestre baja, mejorar las capacidades de “contraespacio” y mejorar la infraestructura de pruebas y capacitación. Con respecto a la constelación de satélites, declaró: “Más dinero significa que puedo entregar esa constelación proliferada más rápido”. También hizo hincapié en la necesidad de mejorar las pruebas y la capacitación, incluidos los simuladores.

Si bien los legisladores mostraron un gran interés en los cálculos de costos para Golden Dome, ningún testigo pudo proporcionar detalles específicos. Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso destacó la dificultad de proyectar costos sin especificaciones detalladas del sistema. Saltzman concluyó enfatizando la importancia estratégica de los activos espaciales, afirmando: “El espacio nos brinda una increíble ventaja estratégica, pero cualquier ventaja puede convertirse en una vulnerabilidad cuando se encuentra en riesgo. En el futuro, defender la patria exigirá que primero defendamos los satélites que hacen posible esa defensa… Si queremos una fuerza espacial que pueda asegurar los intereses de nuestra nación en, desde y hacia el espacio, debemos dotarla de los recursos necesarios.”