A pesar de los datos limitados de la fase de reentrada, la empresa alemana Atmos Space Cargo considera exitoso el primer vuelo de su vehículo Phoenix. Lanzado el 21 de abril en la misión Bandwagon-3 de SpaceX, el vehículo se separó de la etapa superior después de aproximadamente 90 minutos e inició la reentrada unos 30 minutos más tarde, amerizando en el océano Atlántico Sur, aproximadamente a 2.000 kilómetros de la costa brasileña.

Según el CEO Sebastian Klaus, la misión tenía tres objetivos principales: la recopilación de datos de la nave espacial, la adquisición y devolución de datos de las cargas útiles a bordo y la recopilación de datos sobre el rendimiento del escudo térmico inflable durante la reentrada. “Lo que está confirmado es que obtuvimos una gran cantidad de datos de vuelo”, declaró Klaus en una sesión informativa del 22 de abril. Las cuatro cargas útiles, incluidas las de clientes comerciales y la Agencia Espacial Alemana DLR, funcionaron correctamente y transmitieron datos. “Podemos llamar a eso un éxito total”.

Sin embargo, los datos de reentrada son menos completos. Originalmente planeado para el océano Índico, el lugar de amerizaje cambió debido a los ajustes de trayectoria de SpaceX cinco semanas antes del lanzamiento, atribuidos a “restricciones operativas” de la carga útil principal, un satélite de reconocimiento surcoreano. Esto resultó en una reentrada más pronunciada de lo esperado, imponiendo mayores cargas a la nave espacial y evitando los esfuerzos de recuperación. Si bien se utilizaron nuevas estaciones terrestres en Sudamérica y se fleto un avión para la recopilación de datos, la nubosidad y la distancia dificultaron la adquisición de imágenes de la reentrada.

Klaus describió el objetivo del escudo térmico como “parcialmente exitoso”, a la espera de un análisis más profundo de los datos. Si bien los datos preliminares indican que el escudo térmico se infló según lo planeado, el análisis aún está en curso. Señaló que obtener datos de Phoenix durante las etapas finales del vuelo fue “muy difícil” debido a su distancia de las estaciones terrestres. Los datos recopilados serán valiosos para el segundo vehículo Phoenix, cuyo lanzamiento está programado para el próximo año. “Sería mucho mejor tener más datos sobre la fase crítica final del vuelo”, admitió Klaus, añadiendo: “Pero, por otro lado, hemos aprendido mucho sobre todos los demás sistemas y aspectos operativos”. Concluyó: “En general, diría que es una misión muy exitosa”.