La Fuerza Espacial de EE. UU. está procediendo con cautela con sus planes para reemplazar los satélites meteorológicos antiguos, lo que indica que cualquier plan para adquirir sistemas de próxima generación aún está lejos.

El Coronel Robert Davis, ejecutivo del programa de satélites de sensores en el Comando de Sistemas Espaciales, dijo que el servicio primero analizará los datos de los satélites experimentales actuales y futuros antes de decidir qué satélites podrían reemplazar un sistema de décadas de antigüedad conocido como el Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa (DMSP).

“Estamos en medio de hacer el análisis”, dijo Davis la semana pasada durante una reunión con reporteros. Explicó que el estudio está analizando posibles seguimientos tanto para los sensores electro-ópticos/infrarrojos (EO/IR) para la caracterización de nubes como para el Sistema Meteorológico de Seguimiento – Microondas (WSF-M), que proporciona datos sobre la velocidad del viento, la intensidad de los ciclones tropicales y otras métricas meteorológicas. El primer satélite WSF-M se lanzó a principios de este año, y se planea un segundo para 2026.

La primera ola de este análisis provendrá del Rapid Revisit Optical Cloud Imager (RROCI), un cubesat hecho por Arcfield que se lanzó en marzo. Este pequeño satélite es un prototipo para el programa de Sistema Meteorológico Electro-Óptico/Infrarrojo (EWS) de la Fuerza Espacial, diseñado para recopilar datos sobre nubes y clima en tiempo real. Según Davis, su equipo recién está comenzando a evaluar los datos de RROCI, mientras que se espera más información de dos próximos satélites pequeños de General Atomics, programados para su lanzamiento en 2025 y 2027.

No solo los satélites propiedad del gobierno están bajo consideración. Davis señaló que el estudio de arquitectura también explorará la integración de servicios comerciales de datos meteorológicos en las operaciones militares. Sin embargo, eso podría ser más fácil decirlo que hacerlo. “No hay un mercado comercial robusto para el clima en este momento”, explicó Davis, atribuyendo esto en parte al hecho de que tantos datos meteorológicos están disponibles de forma gratuita de parte de las agencias de EE. UU. como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la NASA y socios internacionales como el Eumetsat de Europa.

Mientras que el Departamento de Defensa continúa dependiendo de los satélites DMSP heredados, de los cuales solo dos siguen operativos, el servicio no tiene prisa por finalizar los planes de adquisición. “Primero tenemos que tomar decisiones a nivel de arquitectura”, advirtió Davis. Estas decisiones informarán cómo procede la Fuerza Espacial, con una determinación final sobre cómo podrían ser los satélites meteorológicos de próxima generación que se espera para algún momento del próximo año.

Este proceso prolongado refleja los desafíos de reemplazar un sistema como el DMSP, que ha estado en funcionamiento desde la década de 1960. Los funcionarios dijeron que la Fuerza Espacial necesita asegurarse de que su nueva arquitectura pueda manejar una gama de necesidades militares modernas, desde la previsión meteorológica hasta el monitoreo del clima espacial. Hasta que se tomen esas decisiones, el Ejército de EE. UU. dependerá de un mosaico de tecnologías antiguas y nuevas, complementadas con datos de NOAA y agencias internacionales.