Tras la destrucción de un Falcon 9 propulsor después de aterrizar el 2 de marzo, los funcionarios de SpaceX revelaron nuevos detalles sobre el incidente durante las sesiones informativas del 7 de marzo. El propulsor, utilizado para lanzar los satélites Starlink Grupo 12-20, experimentó un incendio aproximadamente 48 segundos después del aterrizaje. Julianna Scheiman, directora de misiones científicas de la NASA en SpaceX, explicó que el incendio comprometió la integridad estructural del propulsor, causando su caída. Tanto SpaceX como el Programa de Servicios de Lanzamiento (LSP) de la NASA revisaron a fondo los datos, concluyendo que “no hay preocupación o riesgo para el ascenso”, confirmó Denton Gibson, director de lanzamiento de la misión para el LSP de la NASA.

El próximo lanzamiento de las misiones SPHEREx y PUNCH de la NASA, inicialmente programado para el 1 de marzo, se retrasó debido a problemas con el vehículo de lanzamiento, incluido el incidente posterior al aterrizaje. Si bien SpaceX no ha lanzado un Falcon 9 desde el incidente, ha abordado otros problemas, como el adaptador de carga útil y la cubierta protectora. Bill Gerstenmaier, vicepresidente de construcción y confiabilidad de vuelo en SpaceX, proporcionó más detalles, afirmando que una fuga de combustible en uno de los nueve motores del propulsor comenzó alrededor de 85 segundos después del despegue. El combustible se vaporizó, creando un ambiente inflamable. Sin embargo, la falta de oxígeno durante el ascenso evitó la ignición. El incendio estalló después del aterrizaje cuando el oxígeno interactuó con el combustible y un componente caliente del motor. Este incendio, contenido dentro de un solo compartimento del motor, demuestra la naturaleza contenida de las posibles fallas de ascenso.

A pesar del daño extenso causado por el incendio, que derritió componentes de aluminio, los ingenieros están trabajando para identificar la fuente de la fuga. La investigación es difícil debido a la gravedad del incendio. El gerente del programa de tripulación comercial de la NASA, Steve Stich, destacó la cuidadosa revisión del incidente por parte de la agencia mientras se prepara para el lanzamiento de la Crew-10, programado para el 12 de marzo, que incluye una prueba de fuego estático planificada para el 9 de marzo para examinar posibles fugas de combustible. “Tenemos la oportunidad de dar un paso atrás y pensar en nuestro vuelo, y pensar en el mantenimiento que hicimos en nuestro vehículo, todas las áreas que inspeccionamos”, señaló.