Boeing ha anunciado un avance significativo en la fabricación de satélites. Han comenzado a imprimir en 3D los paneles estructurales para paneles solares, una medida que se proyecta reducirá a la mitad los tiempos de producción y satisfará la creciente demanda de un despliegue más rápido de naves espaciales.

Los primeros paneles impresos en 3D se integrarán con las células solares Spectrolab en pequeños satélites fabricados por Millennium Space Systems, ambas subsidiarias de Boeing. Estos sustratos, tradicionalmente construidos con paneles compuestos en un proceso de varias semanas, ahora se beneficiarán de la fabricación aditiva. El anuncio de Boeing del 10 de septiembre destaca una reducción de seis meses en el tiempo de producción, logrando una mejora del 50%.

El nuevo proceso permite el ensamblaje simultáneo de paneles junto con la producción de células. Se prevén mejoras adicionales gracias al ensamblaje asistido por robots y a la inspección automatizada en Spectrolab, lo que reduce el trabajo manual. Este enfoque escalable está destinado a utilizarse en naves espaciales pequeñas y grandes, incluida la línea Boeing 702, y se espera que esté disponible en el mercado para 2026.

“Al combinar materiales cualificados con un hilo digital común y una producción de alta velocidad, podemos aligerar las estructuras, crear diseños novedosos y repetir el éxito en los programas”, declaró Melissa Orme, vicepresidenta de materiales y estructuras en Boeing Technology Innovation.

Esta estrategia de fabricación aditiva es un elemento clave de las iniciativas espaciales y de defensa de Boeing, cuyo objetivo es reducir los plazos de entrega y aumentar la producción. Boeing informa del uso de más de 150.000 piezas impresas en 3D en sus proyectos, incluidos más de 1.000 componentes de radiofrecuencia en cada satélite militar Wideband Global Satcom.

Si bien la impresión 3D se ha utilizado para varios componentes de naves espaciales, los sustratos de paneles solares presentan desafíos únicos debido a los requisitos de bajo peso, rigidez, estabilidad térmica y la capacidad de resistir las tensiones del lanzamiento y la órbita.