Las transmisiones de la noche electoral de las elecciones de EEUU de 2024 revelaron una industria televisiva atrapada en una paradoja fascinante. Si bien la tecnología que impulsa estas transmisiones ha experimentado una evolución dramática, el enfoque subyacente sigue siendo notablemente similar al de hace dos décadas. A pesar de la disminución de la audiencia tradicional y el cambio en las preferencias del público, la mayoría de las cadenas parecieron contentarse con una actualización superficial de las fórmulas establecidas.

La cobertura de este año ejemplificó una industria dividida entre la innovación y la tradición. La preferencia abrumadora por los cambios incrementales en lugar de una revisión completa dio como resultado una noche de televisión que se sintió a la vez vanguardista y curiosamente anticuada. Esto no quiere decir que se menosprecie el inmenso esfuerzo realizado; se dedicaron innumerables horas a estas producciones, pero el momento para que las emisoras se adapten para sobrevivir se acerca rápidamente en medio de la creciente presión de nuevos competidores y accionistas.

Un cambio prominente en todas las cadenas fue el uso generalizado de la realidad aumentada (RA) y la producción virtual. NBC News transformó el Estudio 4E, CBS News renovó el Estudio 1515 y Telemundo mejoró su Telemundo Center utilizando entornos virtuales de 360 grados. Estas adiciones generalmente mejoraron la presentación sin restarle valor a la experiencia de visualización, sirviendo principalmente para aclarar los datos y la narración.

En marcado contraste, la cobertura de Al Arabiya transformó el horizonte de Dubái en un lienzo electoral inmersivo, mostrando un nivel de toma de riesgos creativos ausente en las cadenas estadounidenses. Esta disparidad pone de manifiesto la renuencia de las emisoras estadounidenses a adoptar enfoques creativos más audaces a pesar de las importantes inversiones en nuevas tecnologías.

Una característica omnipresente fue la proliferación de pantallas táctiles y sus operadores. Lo que comenzó con Steve Kornacki de MSNBC ha provocado una competencia en toda la cadena, cada una luchando por recrear su éxito, una hazaña evidenciada por casi 10 millones de visitas en YouTube en la noche de las elecciones. ¿El resultado? Analistas interactuando constantemente con las pantallas. Si bien los datos de la pantalla táctil pueden ser valiosos (como la inmersión profunda en el condado de Bucks), no siempre es el método de entrega óptimo. Solo CBS, a nivel local, cambió parte del análisis de una pantalla táctil a un set virtual completo, logrando una presentación visual superior. La ubicuidad de los "tableros grandes" disminuye su impacto, convirtiéndolos en un mero espectáculo obligatorio.

“Election Night Live” de Amazon Prime Video, presentado por Brian Williams, presentó una alternativa refrescante. Utilizando una pared de volumen LED en un estudio de sonido de MGM, la transmisión creó entornos virtuales inmersivos. Su apertura poco convencional, más parecida a un especial de History Channel, marcó un tono diferente. Si bien técnicamente imperfecto, la voluntad de Amazon de experimentar ofreció un vistazo al futuro de la cobertura electoral. El ritmo y el entorno relajados se sintieron familiares y frescos, incluso con la dependencia de los paneles tradicionales de análisis político.

La narrativa más significativa podría no ser lo que se mostró, sino quién lo vio, o quién no. Nielsen informó una disminución del 25% en la audiencia televisiva tradicional en comparación con 2020, con solo 42.3 millones de espectadores en 18 cadenas. Las plataformas de transmisión experimentaron un aumento, con YouTube registrando solo 84 millones de horas de tiempo de visualización relacionado con las elecciones. Este cambio de visualización se extiende más allá de las plataformas; fuentes alternativas, incluidos los comentaristas políticos en Rumble y los streamers de Twitch, atrajeron a una audiencia significativa, lo que sugiere una preferencia por el contenido alineado con los puntos de vista individuales en lugar de las ofertas tradicionales de las cadenas.

La industria de la radiodifusión se enfrenta a grandes desafíos, con audiencias que interactúan con el contenido en nuevas plataformas. Si bien las cadenas han adoptado nuevas tecnologías, han sido lentas para adaptar su enfoque a la cobertura electoral. Si bien los informes fácticos siguen siendo primordiales, la continua disminución de la audiencia tradicional exige algo más que mejoras tecnológicas para retener a la audiencia. El éxito de las plataformas de transmisión indica un hambre de audiencia por algo diferente. La pregunta es si las cadenas aprovecharán esta oportunidad.

Es importante reconocer la escala de estas transmisiones de la noche electoral: una empresa masiva que requiere una preparación extensa y los esfuerzos de numerosos profesionales. Esto demuestra el periodismo televisivo en su máxima ambición. Sin embargo, esta excelencia no debería impedir cuestionar si esta impresionante maquinaria podría utilizarse para algo transformador.

Con los hábitos de visualización en evolución, el mayor homenaje a estos profesionales podría ser empoderarlos para reinventar la cobertura de la noche electoral para una nueva era, en lugar de simplemente agregar otra capa de pulido tecnológico. Las herramientas para la reinvención existen; lo que se necesita es la voluntad de usarlas de manera verdaderamente transformadora.