Tres grandes empresas aeroespaciales europeas – Leonardo, Airbus Defence and Space y Thales Alenia Space – están a punto de tomar una decisión crucial. A finales de julio, determinarán si siguen adelante con un plan para combinar sus divisiones de espacio, una medida que podría remodelar el panorama espacial europeo. Esta posible fusión, a veces llamada Proyecto Bromo, tiene como objetivo crear un competidor más fuerte para gigantes de la industria como SpaceX.
Roberto Cingolani, CEO de Leonardo, declaró en una conferencia de prensa en el Paris Air Show que la decisión dependerá de varios factores. Estos incluyen una evaluación de las preocupaciones antimonopolio, una diligencia debida exhaustiva de las finanzas de las empresas y una cuidadosa evaluación de las posibles sinergias. “A finales de julio, nos gustaría tener una decisión global de aprobación o rechazo sobre la viabilidad de la iniciativa”, dijo. “Me gusta decir que uno más uno más uno debería ser mayor que tres, de lo contrario no lo hacemos”, añadió, enfatizando la importancia de la creación de un valor significativo.
La fusión propuesta se inspira en la creación de MBDA, un exitoso fabricante europeo de misiles formado a través de una consolidación similar. “La gobernanza puede ser ligeramente diferente porque los productos son diferentes”, señaló Cingolani. “Definitivamente, la inspiración proviene del modelo MBDA.” Reveló que 90 personas trabajan actualmente en la evaluación de la viabilidad del proyecto, revisando información financiera y explorando sinergias tecnológicas.
Guillaume Faury, CEO de Airbus, expresó su optimismo sobre las perspectivas de la fusión a principios de este año, destacando el potencial para aumentar la escala y la velocidad. Alain Fauré, jefe de sistemas espaciales de Airbus Defence and Space, enfatizó aún más la necesidad de un “campeón europeo” en el sector espacial para competir mejor a nivel mundial. Señaló la fragmentación dentro de la industria espacial europea como un motor clave para la consolidación.
Sin embargo, el camino hacia una entidad fusionada no está exento de desafíos. Se espera que las aprobaciones antimonopolio tarden alrededor de dos años, según Cingolani y Fauré. A pesar del optimismo que rodea los beneficios potenciales, los importantes obstáculos regulatorios y las complejidades de integrar tres grandes empresas deben superarse para que este ambicioso proyecto tenga éxito. “Tenemos un par de años esperando la aprobación antimonopolio”, confirmó Cingolani, “para crear la empresa.”