El presidente de la Federal Communications Commission (FCC), Brendan Carr, ha indicado que sigue abierto a revocar las licencias de transmisión de las estaciones de televisión que no cumplan con los estándares de interés público de la agencia, según los comentarios realizados durante una entrevista con el presidente del Media Research Center, David Bozell, publicada en YouTube.

"Lo he dicho desde el principio: las licencias de transmisión no son vacas sagradas. Si crees que no hay nada que puedas hacer para perder una licencia, entonces no es una licencia. Eso se llama un derecho de propiedad", dijo Carr en la entrevista, que se emitió durante lo que los participantes llamaron "Semana de la Libertad de Expresión".

La conversación entre Carr y Bozell, cuya organización ha criticado durante mucho tiempo lo que considera un "sesgo liberal" en los principales medios de comunicación, cubrió un territorio familiar para ambos participantes. Si bien la amplia discusión tocó temas desde la libertad de expresión hasta la eliminación de hardware chino de las redes de EE. UU. a través de la Operación Clean Carts, los comentarios más notables de Carr se refirieron al futuro de las licencias de transmisión.

El presidente hizo una clara distinción entre los programadores nacionales como Disney, Comcast y Paramount, a quienes la FCC no otorga licencias, y las estaciones de transmisión locales que transmiten su programación. Carr enfatizó que estas estaciones locales poseen licencias de la FCC y enfrentan posibles consecuencias por no servir al interés público.

Si bien reconoció que sería necesario seguir "todo un proceso", Carr pareció sugerir que algunas emisoras "podrían terminar perdiendo sus licencias". El planteamiento del presidente sobre el tema revela posibles tensiones en cómo se podría aplicar el estándar de interés público.

Carr le dijo a Bozell que las emisoras con licencia "no pueden dirigir una especie de circo partidista estrecho", pero la definición de "programación partidista" frente a opciones editoriales legítimas sigue sin estar clara. Carr señaló la reciente controversia de Jimmy Kimmel, en la que algunas filiales de ABC se negaron temporalmente a transmitir el programa del presentador nocturno, como un hecho positivo. Calificó el hecho de que las estaciones locales rechazaran la programación de la cadena durante "una semana" como "una victoria para el re-empoderamiento de esas emisoras locales". Sin embargo, el propio reconocimiento de Carr de que las estaciones "nunca iban a poder resistir para siempre, dada la correlación de fuerzas" subraya el limitado margen de maniobra que tienen las filiales frente a las grandes cadenas.

Su sugerencia de que la FCC podría fortalecer los derechos de preferencia plantea interrogantes sobre la posible intervención del gobierno en las decisiones de programación. Carr señaló durante la entrevista que la FCC se ha "alejado de la aplicación del estándar de interés público" en las últimas décadas. Sin embargo, sus ejemplos de cambio positivo (la des financiación de NPR y PBS, el compromiso de CBS con el "periodismo basado en hechos") sugieren una interpretación particular de lo que significa el interés público.

La declaración de Carr de que estos cambios provienen de Donald Trump y organizaciones como MRC indica una posible alineación entre la aplicación de la regulación y las perspectivas políticas. Esto plantea preocupaciones sobre si las determinaciones de interés público podrían verse influenciadas por consideraciones ideológicas en lugar de estándares objetivos.

Si bien Carr mencionó que la revocación de la licencia requeriría "todo un proceso que debe llevarse a cabo", no proporcionó detalles sobre qué violaciones podrían desencadenar tales procedimientos o qué salvaguardias protegerían contra la aplicación arbitraria. La industria de la radiodifusión ha operado durante décadas bajo el supuesto de que la renovación de la licencia, aunque no está garantizada, sigue los procedimientos y precedentes establecidos.

La sugerencia casual del presidente de que las emisoras podrían perder sus licencias, hecha en una entrevista amistosa en lugar de a través de los canales formales de la FCC, puede en sí misma plantear preguntas de procedimiento sobre cómo se implementarían cambios regulatorios tan significativos. Para los propietarios y operadores de estaciones de transmisión, los comentarios de Carr señalan una posible incertidumbre en el entorno regulatorio. La sugerencia de que las licencias podrían estar en riesgo en función de las interpretaciones cambiantes de las obligaciones de interés público puede afectar las decisiones comerciales, las opciones de programación y el valor general de las propiedades de transmisión. El momento de estas observaciones, al principio de la presidencia de Carr y de la administración Trump, sugiere que las emisoras tal vez deban prepararse para un enfoque de aplicación más agresivo... aunque queda por ver si esa aplicación se aplicaría de manera uniforme en todo el espectro político.