La NASA, en su misión Psyche rumbo al asteroide Psyche, sufrió un revés a principios de abril cuando los propulsores de su sistema de propulsión eléctrica se apagaron. Esto se atribuyó a una caída de presión en la línea de propelente de xenón. Tras la investigación, los ingenieros de la NASA determinaron que un componente de la válvula funcionaba mal, obstruyendo el flujo de xenón.

Inicialmente, la NASA tenía como objetivo reiniciar los propulsores a mediados de junio. En un comunicado del 28 de mayo, la agencia anunció una solución: cambiar a una línea de propelente de respaldo. Esta línea alternativa está ahora operativa, y se espera que la nave espacial Psyche reanude el funcionamiento de los propulsores a mediados de junio. Para evitar que se repita, la NASA mantendrá abierta una válvula similar en la línea de respaldo.

La misión Psyche, lanzada en octubre de 2023 a bordo de un Falcon Heavy, utiliza propulsores eléctricos y una asistencia gravitatoria de Marte en 2026 para llegar al asteroide en agosto de 2029. Su objetivo es estudiar este asteroide metálico potencialmente significativo, posiblemente un remanente del núcleo de un planeta. Si bien este problema de la válvula de propelente marca el primer problema importante desde el lanzamiento, la misión enfrentó desafíos de desarrollo considerables, lo que provocó un retraso de un año y un aumento del 20% en el costo, totalizando $1.200 millones.