Un esfuerzo de colaboración entre empresas comerciales espaciales y de defensa —Varda Space Industries, LeoLabs y Anduril— logró un hito significativo al demostrar con éxito capacidades avanzadas de seguimiento de vehículos hipersónicos. Este logro se anunció el 8 de septiembre.
La demostración involucró el sistema de radar de LeoLabs rastreando meticulosamente la reentrada hipersónica de una cápsula de Varda Space Industries, que previamente había aterrizado en Australia en mayo. El software Lattice de Anduril, que aprovecha la inteligencia artificial, procesó los datos de seguimiento en bruto, transformándolos en inteligencia procesable. Esta iniciativa del sector privado se alinea con la iniciativa Golden Dome del Pentágono, un esfuerzo centrado en mejorar la detección, el seguimiento y la neutralización de misiles hipersónicos enemigos durante el vuelo.
Los misiles hipersónicos, capaces de superar Mach 5 y exhibir patrones de vuelo impredecibles, representan una amenaza formidable para la seguridad nacional. La cápsula de Varda, diseñada para la fabricación farmacéutica en órbita y el regreso a la Tierra, presentó una oportunidad única para simular una amenaza hipersónica. La cápsula, protegida por escudos térmicos de vanguardia, reingresó a la atmósfera a velocidades superiores a 18,000 millas por hora antes de desplegar paracaídas para un aterrizaje controlado. La reentrada de mayo en el sur de Australia fue monitoreada desde la sede de Varda en El Segundo, California.
Antes de su descenso hipersónico, la cápsula W-3 realizó una serie de maniobras orbitales. La red global de radares de LeoLabs rastreó estos movimientos, transmitiendo los datos a la plataforma Lattice de Anduril. Lattice, una solución de software impulsada por IA, sobresale en el procesamiento de grandes conjuntos de datos y la entrega de información rápida. Si bien las empresas enfatizan las aplicaciones más amplias de esta tecnología en la conciencia del dominio espacial, el momento del anuncio y los detalles de la prueba subrayan sus posibles aplicaciones militares. “Las pruebas regulares y rigurosas de componentes y sistemas para la modernización de la defensa son increíblemente importantes”, declaró el CEO de Varda, Will Bruey, en un comunicado de prensa.
Varda destacó que sus cápsulas recuperables, que permiten reentradas repetibles e instrumentadas, ofrecen una alternativa más rentable a los métodos de prueba tradicionales. LeoLabs, ubicada en Menlo Park, California, comercializa activamente sus sistemas de radar de seguimiento espacial para aplicaciones de defensa antimisiles y recientemente presentó un sistema de radar móvil diseñado para un despliegue rápido para monitorear lanzamientos y reentradas. El CEO de LeoLabs, Tony Frazier, describió la demostración de Varda como “un paso importante para comprender mejor cómo podemos impulsar la tecnología de LeoLabs a conjuntos de misiones adyacentes”, como el seguimiento de vehículos de planeo hipersónicos. Enfatizó que la prueba demostró cómo la integración de datos de radar comerciales con análisis impulsados por IA puede conducir a una identificación de amenazas más rápida y precisa. Un portavoz de Varda confirmó que la demostración fue financiada internamente y que las empresas “esperan intentarlo de nuevo en el futuro”.